Hoy abordaré este tema porque es una de las dietas que más se están solicitando en consulta, ya que, muchas personas han leído algo sobre sus beneficios o conocen a alguien que la está realizando y han visto los cambios o porque simplemente está de moda y se quiere probar a ver si al final se consigue los resultados deseados, quizás porque ya se hayan realizado cantidad de dietas y ninguna de ellas surtió el efecto que se quería.
Pues bien, antes que nada es importante recalcar de que no existe una dieta ideal única o dieta panacea, es decir, es de real importancia adaptar y planificar la alimentación según todas las características personales de salud, objetivos deseados, situación psicológica, edad, sexo, laboral, ejercicio y movilidad entre otros.
Recalcar que sea cual sea la dieta que se haga es importante tener en cuenta más que la dieta en sí misma, con todas la variables a tener en cuenta para realizarla lo más personalizada posible, que se acompañe de ejercicio físico, ya que sin este componente relevante, según mi experiencia, ninguna dieta por buena que sea tendrá los efectos deseados.
Muchas personas son las que buscan fórmulas milagrosas a la hora de tener una buena alimentación y eso quizás, no sea del todo posible. La ley del mínimo esfuerzo. Normalmente si quieres estar bien alimentado y gozar de una buena salud, pues tendrás que alimentarte adecuadamente y por mucho que tengas prisa en esta vida, este paso es fundamental. No sé si me explico. Es imposible conseguir los efectos deseados en salud, estéticos y de bienestar si no se hacen los procesos necesarios, al igual que los sacrificios (supuestos) que ello conlleva.
Pues bien, os comentaré que las dieta Cetogénica o dieta Keto, como se podrán encontrar en los buscadores en internet, realmente tienen muchos beneficios, pero de antemano os digo que es para realizarse en un determinado periodo de tiempo y no hacerla “de por vida”, ya que, como veremos más adelante, no es biológicamente viable y no es recomendable desde el punto de vista saludable.
La dieta keto, es una alimentación que se baja en un aumento de la ingesta de grasas (hablamos de quizás un 60 - 70%), casi eliminación del consumo de carbohidratos (sólo se permiten 5 – 10%), una pequeñas porciones de proteína (entre un 20 – 30%). Estos parámetros por regla general hacen que el metabolismo se cambie por su consumo energético de utilizar azúcares a utilizar subproductos de las grasas metabolizadas en el hígado como lo son los cuerpos cetónicos. Saber que un gramo de azúcar proporciona unas 4 kcal y el mismo gramo, pero de grasa proporciona 9 kcal. Es decir, las grasas nos dan más energía y son más eficientes energéticamente hablando y para esto es necesario “obligar” al cuerpo a cambiar su sistema de utilización energética de lo fácil (carbohidratos – azúcares) a lo más complejo (las grasas y sus metabolitos los cuerpos cetónicos). He aquí quizás, la clave y en donde muchas personas fallan a la hora de poder hacer satisfactoriamente esta conversión para no quedar cortos y no entrar en cetogénia o para pasarse y probamente generar problemas metabólicos que no se tenían. La clave es estar en el camino medio gozando de buenos cuerpos cetónicos en sangre, que sean capaces de empezar a utilizar las reservas de grasas que ya se tienen acumuladas a lo largo y ancho de todo el cuerpo. Los valores de cuerpos cetónicos en sangre óptimos están entre 1 y 3 mmol/l, por debajo de estos valores nuestro organismo quizás de primeras no este quemando las grasas acumuladas y por encima de estos corremos el riesgo de entrar en terrenos patológicos metabólicos. Por esta razón es muy aconsejable, yo diría que casi obligatorio medir la glucosa y los cuerpo cetónicos en sangre, cada día sobre todo al principio de estar haciendo los cambios a este tipo de dietas moduladoras del metabolismo. Pongo la glucosa porque también nos dará mucha información de cómo nuestro organismo está respondiendo a este cambio. Los valores de glucosa en sangre normales para una dieta de este calibre son: 70 – 100 mg/dl. Al principio de empezar la dieta, la primera semana, puede haber un aumento considerable de los valores incluso pasarse de los 100 mg/dl, pero ya en la segunda semana se regula de entre los 70 – 99 mg/dl y más adelante se empiezan a tener valores más cerca a los 70 mg/dl e incluso por debajo de este.
Con esto tenemos un poco la parte introductoria de lo qué es y cómo debemos monitorizarla, si queremos llevarla lo mejor posible, a lo que las pruebas me refiero y su importancia.
Ahora antes que nada te comentaré cuáles son sus beneficios. Muchos estudios científicos avalan que el llevar una dieta de este tipo tiene múltiples beneficios para salud, eso sí siempre y cuando se haga de una manera correcta. Entre ellos tenemos: promueve la quema de grasas, reduce el hambre, mejora la concentración, la agudeza mental y la memoria, mejora la resistencia física, reduce las inflamaciones, mejora la salud cutánea, ayuda contra problemas de fertilidad, previene el desarrollo de enfermedades crónicas, disminuye el riesgo de enfermedades del sistema nervioso central, disminuye el riesgo de enfermedades oncológicas, entre otras cosas. Esto nos daría para ampliarlo en otro artículo de solo los beneficios que nos aportan.
Como todo en la vida, si tiene ventajas también tiene contraindicaciones estas son: embarazadas, cirrosis hepática, hígado graso, trasplante renal y nefritis u otros problemas renales como la urolitiasis.
Además de esto es imperante saber que al hacerse este cambio metabólico se pueden tener efectos secundarios que se irán eliminando a medida que se va adentrando más en cetogénia, pero que al principio genera quizás molestias en general como lo son: dolor de cabeza, estreñimiento, sed por deshidratación, mal olor corporal y bucal, calambres musculares, bajo rendimiento deportivo en las primeras semanas (después tendrás el doble de rendimiento) y aumento del ácido úrico, esto es lo que en su conjunto se llama gripe cetogénica. Como os he dicho esto se van eliminando a medida que se va metiendo más en cetogénia y sobre todo que durante el proceso hay trucos para poderlos ir paliando o irlos solventando a medida que van apareciendo.
Ahora seguramente te estarás preguntando como sería un menú de dieta keto, pues bien normalmente en el desayuno se aconseja la ingesta de aguacate con quesos, café (infusión o tés) con bebidas vegetales cero azúcares, acompañado con pan tipo keto (ojo estos son especiales, ya que, su contenido en carbohidratos es bastante bajo y desde aquí se empieza la cuenta diaria de carbohidratos permitidos al día, normalmente estos panes están hechos de harinas de almendras, coco, fibra de bambú, gluten de trigo entre otras, pero muy pocas mas). Una comida por ejemplo estaría compuesta de verduras de hoja verde, coliflor (esta verdura es la más ideal, ya que, su contenido de carbohidratos en menos del 5% dentro de los cuales 1,5% son azúcares y el resto son fibras), o cualquier verdura keto amigable; esto acompañada por unos 15 gr de proteína más o menos y esto va en función, como he comentado antes de los objetivos porque si se está realizando deporte de alta intensidad sería necesario cambiar estos valores y ajustarlos, y del resto hay que agregarles las grasas, en forma de aguacate, aceites vegetales (estos son los más óptimos si no se lleva una dieta keto vegana) y en la cena algo más o menos parecido para obtener eficazmente la ingesta de todos los valores diarios recomendados en la dieta keto.
Uno de los mayores problemas de esta dieta, desde mi punto de vista es que al ser una dieta en donde se aconseja aumentar considerablemente la ingesta de grasa, normalmente las personas abusan de las grasas saturadas (cuando es una dieta keto omnívora), conllevando esto a ser más un problema que una solución, por lo que es importante aportar estas grasas de origen animal de una manera más restrictiva y si se podría dar en mayor porcentaje las grasas de origen vegetal. Este tema de las grasas lleva a mucha controversia en la comunidad médica, por lo que es bien sabido que si se aumenta el consumo de grasas saturadas pues también se aumenta el riesgo de enfermedad cardio y cerebro - vascular. Por eso para evitar este inconveniente lo mejor es hacerla en la medida de lo posible de alimentos basados en plantas o por lo menos hacer un buen ajuste, equilibrando las grasas vegetales y animales ingeridas para conseguir así, sin mayores problemáticas futuras, lo maravillosos beneficios de esta dieta.
Mi recomendación desde el punto de vista de tiempo son: mínimo hacerse un mes, para ver por lo menos algo de sus beneficios (esto también va a depender de las necesidades individuales) y hasta máximo tres meses. A lo largo de un año se podrían hacer o una vez o dos veces como mucho, ya que, de esta manera es como si realizamos un buen reseteo metabólico manteniendo siempre la línea de la salud y bienestar. No recomiendo hacerla de por vida porque como bien sabes, necesitamos tener en nuestra alimentación todos los grupos de alimentos y de ellos todos los nutrientes en nuestra alimentación balanceada - saludable y esta, como bien has visto es una dieta restrictiva.
Y por supuesto mi mayor recomendación es ponerse en manos de personal cualificado, que sepa estrictamente del tema, que sea capaz de atender todas las necesidades importantes y deseos - objetivos que se quieran conseguir con este tipo de dietas. Y que mejor si se pueden hacer esta en combinación de otros conceptos en alimentación como podría ser vegana sola, intermitente, vegana e intermitente, cuidado especial del intestino (fibra, agua, microbiota) etc. Claro está, todo esto según los parámetros clínicos individuales para poder hacerlo de la mejor manera posible y no fallar en el intento.
Mis mejores deseos siempre para ti, en salud y bienestar tanto físico como mental y mantén siempre presente que somos un todo. Tashi delek.